mayo 14, 2009

Archivo muerto

A veces uno se inspira y se siente administradora en tiempos de inventario... y pues sí, señoras y señores, hoy amanecí con ese espíritu taaaaaaaaaaaaaaan adorable que nos decir mil veces "ya", "ya", "ya", mientras ponemos expedientes emocionales en el archivero etiquetado como "verdaderos imbéciles".
Resulta que yo, que soy como los pájaros (mi abue dixit, -por aquello de andar brincando de un lado al otro-), tengo una lista de expedientes especialmente encantadora que me deja la tortura de un dolor de cabeza de proporciones inimaginables, pues cada vez que tomo el expediente del imbécil en turno, lo acuno como si de mi primogénito se tratara, sólo para poder recordar qué había pasado y aventarlo en el archivero sin piedad.
No puedo negar que me gustaría muchísimo que la labor esta del archivo se diera fuera de mi cabeza y les pudiera aventar el expediente, los platos de la vajilla y los tacones que no me puedo poner, pero una partecita de mí se regocija con esta tarea, sólo por el hecho de saber que, gracias al Dios verdadero, al de los zapatos altos, al de las mujeres-pájaro y al que le rezan las mamás de esos chicuelos, yo NO terminé mis días con semejantes esperpentos emocionales.
Pero bueno... Una vez que amanecí con el espíritu de 'inventariadorista' que les digo, empecé por archivar los más sencillitos, es decir, los que ni se aventaron porque.... son unos ¡verdaderos imbéciles!, of course...
Ay, estos animalitos del señor.... son taaaaaaaaaan tarados, que la verdad es que sus expedientes ni los aviento.
De se fajo, hay los que me traían peor que 'cacheteando la banqueta' y pensaban que a mí ni me gustaban (si les digo, ternuritassss...); luego vienen los que querían y nunca se aventaron porque decían que yo era como la canción de Luismi, "Qué nivel de mujer" (esos me dan más ternura, porque me suben el ego al top -hasta que me entero que andan con cualquier brutecita-piernaslargas y entonces me dan como urticaria-).
Luego, viene mi categoría favorita, la de los pobrecitos que aseguran que les doy miedo (sí, les explico que, si muerdo, es nomás porque me gusta... pero no hacen caso y siguen temblando). Y, por último, están los desesperados que creen que esto es como las enchiladas de Vips, que en cinco minutitos ya hasta gratinadas están, y se van sin más (esos, la verdad, es que a veces sí los aviento, pero nomás porque me producen arcadas).
Total que ya todo estaba arregladito para que cerrara mi archivito maravilloso por esa tarde, cuando....
-Chsst, chsst... no me olvides, me dijo una carpetita chiquitita.
¡Claro!, si es la del imbécil del inglés. Resulta, señoras y señores, que hace un tiempecín esta dulce damisela en peligro (juar, juar, juar) estaba estudiando inglishhh, y conoció a un sujeto de muy-buen-ver ('y mejor tocar', diría mi amá) que, tras un mes de coqueteo pre-charla introductoria, por fin se decidió a caminar los 30 pasos que nos separaban y se sentó a platicar conmigo.
-Hola, soy fulanito y bla, bla, bla...
Después de una conversación nada emocionante, el sujeto en cuestión preguntó lo que toda damisela en peligro quiere escuchar de un prospectazo: "Y.... ¿tienes novio?".
"Of course que no, my dear, no estaría aquí", pensé en mis adentros, mientras moví mi cabecita.
La siguiente pregunta fue: "Y... ¿qué pides para que un hombre sea digno de ti?"... y entonces.....
.....
....
Que tuerce el rabo la marrana, porque me fui como hilito de media diciéndole que si quería esto, y esto otro, y lo de allá, y bla, bla bla, y güiri-güi y no-sé-qué...
Resulta que el pobrecillo animalito del señor se aventó todo mi discurso, mientars la carita se le iba descomponiendo...
-Y... ¿de eso no hay algo negociable?, me preguntó el incauto...
-¡Claro que sí!, contesté rapidísimo... El helicóptero, los millones de Slim y las pompas de Eric Bana, le contesté atacada de la risa, esperando que lo tomara con filosofía.
Pero no... la respuesta del fulanito a mi chascarrillo fue: "Uffff, ahora entiendo por qué no tienes novio".
Como imaginan, se ganó la etiqueta del imbécil de oro, y sí, el episodio de hoy en la archivada no fue un descuido, sino el resultado de una decisión trascendental, de ponerle un marco doradito para recordarlo siempre que me dé por andar llorando por toronjas ajenas...
Ni modo, eso pasa cuando una anda de scouting... se encuentra con cada especímen...

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Chisméele a gusto, al fin que vamos para largo...