mayo 01, 2018

Yo estaba acostumbrada al frío.
Y entonces, tú.
Entonces tu cuerpo cálido, tus besos, tus manos, mi piel... 
Entonces llegaste tú,  como si jamás te hubieras ido, como si ayer mismo hubieses estado, como si nada hubiera cambiado.
Y no... nada cambió. Si acaso mi cuerpo, que ya ha dado vida; su acaso mis sueños, que se volvieron más duros; si acaso mi canto, que ya no sale fácil... 
Pero nada más.

Yo estaba acostumbrada al frío. 
Y hoy, que no estás cerca, tengo helada la piel de tanto extrañarte, tengo heladas las manos de no poder tocarte, tengo frío en el alma...

Yo estaba acostumbrada al frío, amor mío, estaba acostumbrada y tú, otra vez, viniste a hacerme cálida...

marzo 30, 2018

Planes que no se hacen

"Sería bonito", me dices y disparas un cañón sobre mi pecho.
Lo has dicho rápido, sin pensarlo, haciendo más grande este manojo de planes que no nos atrevemos a hacer. Y entonces lo siento, en el centro de mí cuerpo han vuelto a florecer las azucenas, y por un momento tiene sentido todo lo que en otros me da miedo.
"Sería bonito", te digo antes de dormir abrazada a tu cuerpo, y cada movimiento, cada palabra, me funciona para darme cuenta de que no lo estoy soñando.
Y logro dormir de corrido, por primera vez en esta cama que compartimos, sabiendo que de alguna forma lo hemos visto.
"Sería bonito", me repito por la mañana, cuando los primeros rayos del sol te tocan la piel y me llevas la mano a tu corazón. 
No sé ahora mismo si un día tendremos la fuerza para hacerlo o si será la vida la que nos tome por sorpresa, pero hoy es suficiente con haberlo imaginado juntos, para sonreír...

marzo 27, 2018

"Dame una razón, una sola, para no irme. Dime por qué quieres que me quede...", le dijo ella en la que hasta ahora había sido la noche más oscura.
La abrazó, le apretó la mano, le besó los hombros, pero siguió en silencio. "Por favor no te vayas, no quiero que te vayas...", le dijo de pronto.
"Dame una razón, carajo, una sola, que me diga que no soy la pendeja que me estoy imaginando. Dame un por qué para quedarme", respondió mientras se secaba las lágrimas.
-¿Es que no lo ves? ¿No entiendes por qué?
- No, no lo entiendo. ¿Quieres que me quede sólo para coger?, pues vas, sin preámbulos, porque será la última vez.
La conversación  había subido mucho de volumen, tanto, que parecía que estaban al otro lado del mundo, y no sentados en la misma cama.
- No, carajo, no; le dijo él mientras le tomaba nuevamente la cara. No quiero que te vayas porque te quiero, porque quiero estar contigo, coño , porque te quiero...
Y entonces el mundo se detuvo.
Por primera vez en años ella pudo sentir la intensidad del amor que los unía, la furia con que la vida los había golpeado y les había abierto el pecho... Por primera vez, desde aquella noche de enero, el mundo se detenía para ellos, y se vieron a los ojos, se besaron el cuerpo entero, se entregaron a ese rayo que los partió...
Y dejaron que se hiciera de día...