octubre 18, 2009

Cinco sentidos: oído

"Si sigues besándome así, un día simplemente no te dejaré llegar a tu casa", le dije cuando me rozó el cuello mientras nos despedíamos.
Durante horas había tratado de disimular que sus besos provocaban un mar de sensaciones en mi cuerpo, pero en ese momento, de mi boca salió lo que llevaba toda la velada deseando: "no te dejaré llegar a tu casa"...
Nunca, hasta entonces, había deseado de esa manera. Jamás, hasta esa noche, había pensado en abandonar mi cama para buscar en otro sitio el calor que necesitaba mi piel...
La calamidad en cuestión había saltado a mi vida casi por casualidad unos días antes, en uno de esos giros que tiene el destino, y se había alojado en mis labios para hacerlos conocer el exceso y la adicción...
La siguiente noche que pasamos juntos, con su aliento en mi cuello y las rodillas apretadas de deseo, me abracé a él como si lo conociera de toda la vida, y le pedí que no se fuera... Yo, que por entonces aún sentía miedo de aceptar que las piernas se me iban derritiendo, me apreté contra su pecho cuando respondió que no iría a ningún lado, que se quedaría conmigo...
Horas después, con algunas copas encima y la miel cayendo lenta por mi espalda, el destino nos volvió a girar y debimos decir adiós...
"Si sigues besándome así, un día simplemente no te dejaré llegar a tu casa", le dije entonces sin pensar, deseando que fuera esa, y no otra, la noche que abandonara mis sábanas por seguirlo a él...
"Si te beso así, es porque un día no quiero llegar... ¿Crees acaso que no tengo tantas ganas como tú?", me dijo al oído, dejándome sin habla y sin respiración.
Nunca, hasta entonces, el sonido de las palabras me había sorprendido tanto como esa noche; no sólo fueron las mías, saliendo naturalmente de algún sitio en el fondo de mi vientre; sino las suyas, que me llevaron al desierto, desde donde aún no vuelvo...
"Un día no llegaré, me secuestrarás y yo te ayudaré...", una frase que sigo escuchando aún, entre sueños...

2 comentarios:

  1. es extraño, verdad?hay palabras que retumban hasta los más profundo de nuestro ser...y las que a ti te dijeron se fueron a alojar hasta la médula... el destino suele ser sarcástico, en ocasiones parece decir: Ven princesa, prueba..y cuando te ve los ojos inundados de deseo y de ansías...puedes ver la burla asomandose entre sus cejas y esa manera tan cínica de sonreir te hace darte cuenta automaticamente que de nuevo: perdiste!

    muy buen post!

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  2. Es un entendimiento mutuo que sobrepasa todas las diferencias inherentes a la naturaleza del hombre y la mujer.Es algo que no se puede describir pues solo lo sienten (tanto tu como tu pareja) arraigado EN LO MAS PROFUNDO DE SUS SERES
    que parece como si siempre hubiera estado ahi...esperando

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Chisméele a gusto, al fin que vamos para largo...