agosto 19, 2009

Problemas auditivos

Hace muchos, pero muchos años, en un reino muy muy lejano, mi sis tenía una amiga, experta en animalitos del Señor.
Resulta que la amiga en cuestión había pasado sus más dulces años envuelta en relaciones de esas que deberían ser reportes de National Geographic...
En alguna ocasión, la reportera antropológica tuvo un novio que tenía severos problemas de audición (y de orfandad), pues en más de una ocasión dejó de escuchar las necesidades de la reina, y acomodó las palabras a su antojo.
Ella, como es normal, acudía a sus amigas en busca de consuelo cada vez que el imbécil aquel le rompía el corazoncito con una de sus joyas...
"Es que no se preocupa por lo que quiero yo", les decía una y otra vez tras el relato del día; antes de que ellas le soltaran la letanía de "déjalo porque es un pendejoquenotemerece", que -obvio- ella nunca escuchaba.
Muchas, muchísimas veces, me ataqué de la risa con las historias -que llegaban a mí, ya fuera por la interfecta o vía mi sis-, que no sólo me hacían pensar que el tipillo era un animalito del Señor que no tenía remedio, sino que ella tenía muy, muy mala suerte...
Pero hubo una, una en especial, que me hizo convencerme de que el tipo era el animal más grande que había pisado la faz de la Tierra, y me llevó, no sólo unirme a la petición popular de que abortara la misión de tratar de civilizar a un Neanderthal, sino a jurar que un día reivindicaría a la pobre mujer.
La reportera antropológica era experta, así de ex-per-ta, en juguetear en el coche, por lo que -como casi todas las anteriores- la historia tuvo lugar ahí, en su coche...
Luego de varios días de no verse, la reina tuvo a bien salir con el Neanderthal para, luego de ir al cinito, ir a otro lugar más... ejem, ejem... íntimo...
En el trayecto, luego de ver una peli romanticona, preguntó con voz de gatito feliz: "Amor, ¿me quieres?".
Como se imaginarán, ella esperaba una respuesta del tipo de "claro, cielo, claro que te quiero", a lo que lanzaría otra pregunta: "¿cuánto?", y él podría responder algo como "mucho, cielo, muchíiiiiiisimo... de aquí a la Luna es poquito...".
Peeeeeeeeeeero... les dije que el tipito era huérfano y medio sordo, por lo que la respuesta estuvo bastante lejana de eso.
-Amor, ¿me quieres?
-Mmmmm... ¡que te lo metas en la boca!
(sonido de rewind rayado)
¡¿QUÉEEEEEEEEEEEEEE?!
Resulta que el rey adorado no escuchó la pregunta "¿me quieres?", sino "¿qué quieres?"... y, como iban a "ponerse más cómodos", le pareció una buena idea empezar en el camino...
Sobra decir que la pobre se quedó con la misma cara que están poniendo ustedes y que se soltó a llorar cuando lo contó.
"No se vale, no se vale", decía una y otra vez, "está bien que sea una caliente, pero se hubiera esperado...".
Obvio, luego de eso decidió no volver a verlo, pero la anécdota quedó entre nosotras como una de esas historias con moraleja que jamás podremos olvidar...
So, como yo soy una buena chica, la comparto con ustedes para que nunca, nunca, NUN-CA, traten de civilizar a un Neanderthal...

8 comentarios:

  1. jajajajajaja no manches, digno del Bestiario...
    Pinches hombres, de todos no se hace uno....

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  2. Sí, te juro que cuando lo contó, no sabía qué era mejor: si cerrar la boca o levantarme para ir directito a madrearlo...
    Bien dices, Andrea, de todos no se hace uno...
    Besos!

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  3. jajajajajajajajajajajajajajaja xDDD... tengo una parecidaaaaa... parecidisíma

    yo: amor, anoche te soñé!
    el innombrable: aaah si? y dónde estaba? arriba o abajo?.

    pfff!!.... así ó más romantico?!... xD...

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  4. Si de veras son unas bestias, chinga! Eso nos pasa por querer pensar que pertenecen a la misma especie que nosotras...
    Besos!

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  5. son de la misma especie querida, eso sólo que esto es como un amigo me dijo alguna vez:

    Lógica? quien te dijo que los hombres tenemos lógica? somos Neandenthales! ustedes evolucionarón, nosotros no!.

    awwww... amo a mis amigos =)

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  6. jajajajajajajjjjja los neandertales tambien tenemos sentido del humor, bwajajaaajajaja, chida anecdota

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  7. Jajajajjajajajajajajajajajajjaa


    ¡No manches! De las historias más graciosas que he escuchado.

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  8. naaaaa jaja creo que soy el unico que defendera del linchamiento a ese pobre incomprendido , ya que el fue sincero y directo , la culpa es de las viejas que nunca les da uno gusto ingaoo

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Chisméele a gusto, al fin que vamos para largo...