Ya.
Tiempo de bajar la velocidad de golpe y no extrañar el hormigueo.
Tiempo de dejar de escucharte cada vez que las cosas fallan.
Tiempo de soltarlo todo y empezar a caminar sin ti.
Tiempo de tirarlo todo y no volver a verte más.
Es tiempo de parar.
Tiempo de dejarte ir.
Tiempo para mí.
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Chisméele a gusto, al fin que vamos para largo...