Tenía yo como 20, la primera vez que me supe frágil.
Durante años había guardado compostura, llorado bajito, aprendido a no hacerlo; me había atado las manos, que duelen cuando el alma duele, y me convencí de todas esas cosas que creí (que a veces aún creo) que me mantenían a salvo.
Traté de ser quien era y luego, cuando dolía mucho, de ser quien no era.
Traté de ser sol y luna, mar y arena, viento y nubes, dualidad perfecta.
Traté de llenarme los vacíos con palabras, con besos, con hombres, con silencios...
Traté de ser la que llenara sus ojos y también, la que me los llenara a mí.
Traté, lo juro, pero me rompí.
Anoche, que me encontré frágil nuevamente, cuando se cayó el asa que me detenía, supe que es tiempo de guardar mis piezas y reconstruirme.
No sé cómo termine esto, cuánto tiempo mi "yo" de antes tarde en encontrarse con mi "yo" de ahora, si es que lo hacen; o cuánto más podré resistir sin salir disparada como un cristal al que le impactan una bala. No lo sé.
Hoy todo es blanco y negro, lleno de gotas turbias... así que sólo puedo ponerme a resguardo en lo que pasa la tormenta.
Indirecta 1
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¿Y qué hubo de la noche en la que decidimos decir "adiós"?
Cenizas.
Y esas 500 noches que todavía no terminan.
Si todo fuese simple, siguiéramos con vida.
...
Hace 6 años
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Chisméele a gusto, al fin que vamos para largo...