marzo 05, 2019

Re-fle-jo


Aprendí a mirarme sólo por saber que tú me miras, que ves más allá de mí.

Aprendí a verte, a descubrirte, a recorrerte, aun sabiendo que a veces quisieras cubrirte de mí.

Yo no sé qué hay entre tus ojos y los míos, que saben verse en la distancia, que se escudriñan, que se leen aun sin verse… no lo sé.

Yo no sé, aún, qué es lo que sucede con las chispas que se prenden, con las señales de alarma que ignoramos, con el cortocircuito de los cuerpos…

Yo lo que sé es que te he aprendido de memoria, que te he llevado muy adentro, como parte de mí, como parte de todo…

Yo lo que sé es que tú, en el espejo, me encuentras y me devoras, que me vacías, me sorprendes, me transformas.

Yo lo que sé, hoy, vida mía, es que siempre tendremos nuestros ojos. Sin importar lo lejos, lo ausentes, lo vacíos…

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Chisméele a gusto, al fin que vamos para largo...